martes, 4 de marzo de 2014

La matanza tradicional se regirá por una normativa europea

  • Esta reglamentación de ámbito nacional se aprueba acorde a la normativa europea.
  • Pretende garantizar el el bienestar y mejorar las condiciones del animal en el momento de la matanza.
  • Implementa la necesidad de una formación específica para los profesionales del sector, además de una serie de controles y un régimen de infracciones y sanciones.
  • Su aplicación será obligatoria en los animales criados en explotaciones ganaderas destinados a la producción agroalimentaria.

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El Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente,  ha aprobó a finales del pasado enero el Real Decreto por el que se regulan aspectos relativos a la protección de los animales en el momento de la matanza.
Se incluyen así, en la normativa nacional, las disposiciones del Reglamento comunitario sobre protección de los animales en el momento de la matanza, de aplicación desde el 1 de enero de 2013, para los animales criados o mantenidos en explotaciones ganaderas con vistas a la producción de alimentos, lana, cuero, piel u otros productos.
El nuevo Real Decreto contempla importantes aspectos que incidirán en la mejora del bienestar de los animales en el  momento de su sacrificio.
Se establece para ello la regulación de la formación del personal que realiza las operaciones de sacrificio de los animales en los mataderos, como elemento esencial para alcanzar el objetivo de que las operaciones de matanza se realicen sin causar a los animales dolor, angustia o sufrimiento evitables. En este sentido, se determina el procedimiento para la organización de los cursos y la emisión del certificado de competencia, así como lo relativo al reconocimiento de la experiencia profesional.
También se fijan normas para la comercialización en España de equipamientos y aparatos destinados a las operaciones de matanza, con el fin de asegurar que éstos cumplen con los requisitos de la legislación comunitaria, y que los operarios que van a utilizarlos conocen perfectamente su funcionamiento
Por otra parte, y para la matanza para consumo doméstico privado, se establece la vía para que las autoridades competentes puedan realizar controles oficiales sobre las mismas.
El Real Decreto contempla igualmente el régimen de infracciones y sanciones aplicable, que es el establecido en la Ley  de 2007 para el cuidado de los animales en su explotación, transporte, experimentación y sacrificio.
Por último, en las disposiciones adicionales, se incluye el impulso a las Guías de buenas prácticas y  las disposiciones de la normativa vigente  que estarán en vigor transitoriamente para los mataderos que ya estuvieran en funcionamiento antes del 1 de enero de 2013.

La expansión del pistacho en España: Una inversión a medio/largo plazo


En numerosas áreas del interior peninsular, principalmente de Castilla-La Mancha, Andalucía, Extremadura y Comunidad de Madrid, el pistachero es un cultivo extensivo plenamente consolidado con más de 6.000 hectáreas dedicadas al mismo. El incierto e inestable panorama que se cierne sobre algunos de nuestros cultivos tradicionales más representativos, el poder ser sustituidos o complementados por el pistachero y la creciente demanda en todos los mercados internacionales de este fruto seco, son factores que han conducido a esa superficie en poco más de una década.

El cultivo del pistacho en España continúa su imparable expansión, marca un récord de más de 6.000 hectáreas, principalmente en Castilla-La Mancha y Andalucía, y se perfila como alternativa rentable -se paga a unos 5 euros/kilo- frente a olivar, cereal, almendro o viña.

Así lo han explicado fuentes del sector agrario y cooperativo, que auguran una evolución favorable para las plantaciones de este fruto seco en los próximos años, que también se ha hecho un hueco en el paisaje de Cataluña y Extremadura.

Entre las ventajas, el pistachero está poco afectado por heladas -florece en abril-, es longevo y tiene un mercado asegurado para consumo directo, fruto secos tostado, pastelería y repostería, o para elaborar aceites para la industria cosmética y se ultiman los estudios que le den un nuevo uso energético.

Entre los obstáculos, la dificultad de la plantación en campo del pie o portainjerto, el largo proceso de crecimiento hasta que el árbol es productivo y el elevado coste del material vegetal.

Un árbol injertado puede costar 10 ó 12 euros, pero proliferan operadores que lo venden a 50, "un abuso terrible" para el sector.

Castilla-La Mancha es líder español con 4.000 hectáreas, 300 agricultores y 1 millón de kilos repartidos por Ciudad Real (Viso del Marqués, Valdepeñas, Piedrabuena, Cózar); Albacete (Balazote y Villarrobledo) y Toledo (Los Yébenes, Mazarambroz y Orgaz), según datos de la Dirección General de Agricultura y Ganadería de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.

Sus agricultores acceden además, de forma gratuita, a las yemas para el injerto que proporciona el Centro Agrario "El Chaparrillo".

El auge del cultivo se hace evidente en la existencia de dos asociaciones de productores y empresas manchegas como la SAT de comercialización Pistamancha y tres industrias de transformación o manipulación del pistacho: SAT del Campo (Villacañas), SAT 378 CM Pistamancha (Tomelloso) y Horneados Vegetales S.A. (Manzanares).

Desde los servicios técnicos de Cooperativas Agro-alimentarias en esta Comunidad, Jesús Ángel Peñaranda Núñez ha explicado que cada vez son más las sociedades que apuestan por este cultivo, en buena parte ecológico, frente a otros tradicionales por su mayor rentabilidad y porque existe un déficit nacional de este fruto seco.

España aún está muy lejos de las grandes cifras de Irán (300.000 toneladas), EEUU (127.000 t), Turquía (40.000 t), Siria (39.000 t), China (26.000 t), Grecia (9.000 t), Italia (3.000 t), Afganistán (3.000 t) y Túnez (1.500 t), según Faostat, pero va ganando terreno.

Las primeras plantaciones manchegas tienen de 15 a 18 años, aunque el auténtico "boom" se produjo hace diez, ha subrayado José Antonio Garrido, técnico regional de Asaja, quien ha recordado que el cultivo "va a más", pese a que los propietarios deben esperar entre 7 ó 8 campañas hasta que el árbol aporta los frutos.

Garrido ha asegurado que la variedad "Kerman" se ha generalizado, se adapta bien a sus condiciones climáticas y aporta buenos calibres y un sabor "excelente", superiores incluso al pistacho de EEUU.

Para el técnico de Asaja, la producción española nunca cubrirá el consumo -España importa más de 12.000 toneladas al año-, por lo que tiene un mercado asegurado sólo con la demanda interna.

Los socios de la Cooperativa "Frutos Secos Manchuela" de Villamalea (Albacete) han plantado ya 200 hectáreas e incluso hay lista de espera en el campo para adquirir las codiciadas plantas, según ha comentado Vicente Carrasco, técnico de esta compañía.

Andalucía cuenta con alrededor de 1.000 hectáreas -principalmente Granada con 150 ha, y presente en la Sierra Norte de Sevilla y Cádiz, Almería, Córdoba, Jaén y Almería-, aunque se espera que la cifra se dispare en los próximos años.

Francisco García preside la Asociación de Productores de Pistacho de Andalucía, germen de la actual Sociedad Agraria de Transformación (SAT) "Pistachos de Andalucía" (Granada), con 25 agricultores y ambiciosos proyectos industriales y de comercialización.

Colaboran con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Junta de Andalucía, Universidad y Diputación de Granada en la búsqueda del mejor material genético a bajo coste, o incluso gratis para los agricultores, y que además adelante las cosechas.

Desde la SAT confían en comercializar en dos ó tres años y, en seis, tener capacidad para transformar y vender a la industria de bombones, turrones y helados, aunque para ello necesitarán 480.000 euros para comprar secadora, peladora o separadora láser.

Mientras eso llega, ultiman acuerdos con cooperativas manchegas, como las ciudadrealeñas Pistamancha y Quixacho, que ya cuentan con esta tecnología, para procesar y comercializar el fruto seco.

La firma catalana Foment Agrícola de Les Garrigues se nutre de 150 hectáreas de las 350 que aproximadamente hay en la región y comercializa "del campo a la mesa" pistachos para consumo en fresco o transformado para pastelería, chocolatería y alimentación, con una facturación que supera los 2 millones de euros, gracias en parte a la exportación en el segmento "gourmet" o "delicatessen".

Según ha detallado su gerente, Joan Altet, Alemania, Suecia, Dinamarca, Reino Unido, Suiza y Bélgica son algunos de sus destinos y "la expansión del cultivo continuará" imparable en España.